Intentaré plasmar todas esas pequeñas cosas que te erizan la piel: palabras, canciones, imágenes, recuerdos de olores, lugares, sueños...
Porque estoy de mudanza a ese planeta, y quiero llevarme todo lo importante en mi maleta.
En la década de 1920, el alemán Hans Reversbach se trasladó a vivir a Brasil, enamorándose de sus monos, especialmente de su manera de interactuar con los humanos.
Fue en tierras brasileras en donde comenzó a trazar los primeros esbozos del personaje de Jorge, junto a su esposa Margret Waldstein.
Las aventuras del mono Jorge y su encantadora e incontrolable curiosidad, tomaron vida en una colección de libros infantiles que inspiraron tanto un largometraje como esta serie de televisión, que puedes ver en Discovery Kids.
La excelente narrativa de las historias, su estilo visual y los efectos musicales, han garantizado su éxito en todos los países en donde se ha emitido.
El mundo de Jorge está lleno de personajes bondadosos que viven en armonía y se ayudan mutuamente.
En cada episodio de la serie, Jorge se dedica a explorar el mundo que lo rodea, viviendo aventuras increíbles gracias a su insaciable deseo de entender cómo funcionan las cosas. Aunque Jorge no habla, utiliza señales, gestos y expresiones para comunicarse con los niños, despertando en ellos el interés por la ciencia, la ingeniería y las matemáticas.
De la mano de Jorge, esta serie tiene como objetivo principal introducir conceptos básicos de ingeniería, ciencia y matemáticas en niños de edad preescolar.
Estos conceptos son presentados de manera simple y divertida, con la intención de despertar el interés en dichas áreas del conocimiento.
En definitiva, Jorge el Curioso motiva la curiosidad natural de los niños de la siguiente manera:
- Contribuye al desarrollo de la capacidad de indagar, imprescindible en el campo de la ciencia, la ingeniería y las matemáticas.
- Introduce conceptos tecnológicos y enseña métodos para la solución de problemas.
- Enriquece el vocabulario y el lenguaje científico y matemático.
- Destaca la importancia de las ciencias y las matemáticas como parte del currículum de educación preescolar.
- Provee estrategias para integrar el juego en actividades relacionadas con dichas disciplinas científicas.
Jorge el curioso es un mono; vive con el Hombre de Sombrero Amarillo y ha entablado una amistad con demás humanos, como la doctora que trabaja en el museo o el cheff italiano, y animales de diferente especie: un perro, un gato y una paloma llamada Brújula. A Jorge le gusta jugar con sus amigos e intrigar con sus travesuras y ocurrencias al cuidador de su edificio, que también es un perro. Jorge se logra comunicar con sus gritos de mono los cuales, tratando de imitar la inflexión de la voz de los humanos, logra enternecer. A Jorge le pusieron curioso porque su alma pura (por que los animales la tienen y solamente ellos) trata de dar explicaciones inocentes y se equivoca sin saber que se está equivocando. Jorge nunca comete un error al propósito o para hacerle daño a alguien: Jorge es el mono más bueno que conozco. Y aunque sea ese un calificativo fuera de lugar, Jorge es más curioso que bueno: es el único mono que se siente culpable por la transformación de sus amigos los renacuajos en ranas.
Episodio “Arriba, arriba y muy lejos”
El video musical de la película “Jorge el curioso” podéis verlo en
y os invito a visitarlo, porque no es dejará indiferente.
Con su permiso, os reproduzco una de sus entradas, auténtica preciosidad: EL PREGONERO.
Su lectura os trasladará a un precioso lugar, una época, sonidos, sensaciones, olores, imágenes...por eso debe estar aquí...en este planeta.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo...
El pregonero
Cuando era joven, apenas un niño, me gustaba hablar con los viejos. Ellos me enseñaban juegos, me contaban historias, me daban consejos y me hacían soñar. De entre todos, había uno que me cautivaba especialmente. Se llamaba Rocalías y era una persona siempre feliz y uno de los tipos más cachondos que he conocido. Cuando la fortuna me traía el placer de su compañía degustaba cada brizna de tiempo, cada instante, como se degusta un vino de reserva.
No sabría deciros su edad, tampoco recuerdo cuando murió, porque en mis recuerdos sigue siendo una figura enjuta y difusa de risa bendecida.
Era un gran contador de historias, el mejor Cuentacuentos que ha existido y que existirá aunque nunca había leído un libro. Me dijo que, de niño, solo estuvo tres meses en la escuela y que terminó de aprender las letras y las cuentas en la mili, “las vacaciones del pobre, y la oportunidad de los espabilaos” comentaba al hablar de su servicio militar, añorándolo. Cuando yo alababa su sabiduría, porque era un gran sabio, me contestaba acompañando sus palabras con esa risa tan suya –Pero si yo soy un pobre ignorante que casi no sabe ni hacer la o con un canuto—
Nunca paraba de hablar, de su boca salían las frases a tanta velocidad que no creo que tuviera tiempo siquiera de pensarlas. Su sabiduría era como algo innato, casi visceral, instintivo. Desconfiaba de las personas que hablaban despacio y que pensaban demasiado sus palabras, decía que los que eso hacían no hablaban con el corazón, por lo tanto mentían.
Cabrero de profesión, todas las mañanas salía al amanecer con sus cabrillas y las de otros vecinos del pueblo que recogía por las calles. Tenía que estar la cosa bastante mas pallá que pacá para que dejara los animales en las cuadras. Ni cayendo chuzos de punta se quedaba en su casa. A mí, siempre que podía, me gustaba acompañarlo desde temprano, ya que cuando sus inseparables amigas salían de su cobijo era todo un espectáculo ver como, una a una, le hacían arrumacos y fiestas antes de afrontar la calle dando brincos cuestas arriba. Él las saludaba como se saluda a los cristianos, que aunque juntaba un buen puñado, todas ellas tenían su propia personalidad y por consiguiente un nombre que tenía mucho que ver con su carácter. Identificaba a cada cabra con alguna persona o personaje cercano. Así, estaba Sacristán, que era un animal muy servicial negro y de barbas largas con los cuernos cerrados. Condesa que era una cabra completamente blanca con aspecto señorial, Alguacil que era un macho bronco y serio que ponía orden en la manada, Alcaldesa que era la cabra más vieja y gorda del rebaño además de la más astuta. Y Juana, Petra, Paquilla, Fabiana… y así, hasta que las saludaba a todas. Cuando un nuevo miembro se incorporaba al rebaño lo identificaba temporalmente con algún adjetivo. Podían ser “negrilla”, “pinto” o “alocá” hasta que las terminaba relacionando con alguien que conociera o hubiese conocido, entonces “pinto” pasó a ser Ramón, un marchante al que conoció hace años porque le recordaba su manera de regatear y del que tenía, como de todos, acumuladas en su memoria no pocas anécdotas. Lo mismo era con cada una de sus amigas y cuando caminábamos juntos con el rebaño buscando los pastos, aprovechaba cada ocasión que se le presentaba y, siempre inspirado por alguno de los animales, empezaba a contarme alguna anécdota sin mayores preámbulos….
Vamos Pregonera, que no me dejas ni andar, tira palante—decía a una cabra pequeña y regordeta que era muy cantarina mientras le apartaba las patas de su pecho después de acariciarla. Tras soltar una de sus carcajadas características siguió… –Una vez el pregonero, el que había en el pueblo cuando yo era un mozuelo, tuvo que estar durante una semana todos los días soltando un pregón que el alcalde le dio personalmente en mano muy enfadado, además tuvo que hacerlo fuera de horas de trabajo so pena de quedarse sin empleo si no lo cumplía. El mensaje era “SE HACE SABER QUE UN SERVIDOR Y OTRO IGUAL DE BURRO QUE YO, ADEMÁS DE ANIMALES, SOMOS LOS FANTASMAS QUE LA OTRA NOCHE PINTARON EN LA PLAZA”—soltó otra carcajada antes de continuar.
Como buen amigo y compadre nunca le dijo al alcalde que fui yo el que escribió la frase, El Alcalde me la Refanfinfla, que era la pintura a la que aludía el pregón, aunque el señor regidor, de eso estoy seguro, siempre se lo imaginó y como castigo por no denunciarme le hizo recorrer el pueblo con ese recado después de su trabajo diario que consistía en hacer de todo, desde barrer o regar las calles hasta ejercer de mandaero, pasando, como estaba mandao, por los obligados pregones. Te diré que, por supuesto, tuvo que limpiar las piedras de la plaza hasta dejarlas como una patena y también que su trabajo le costó, en sus horas, eso sí –otra risa—El Bocaón era mi amigo del alma, mi compadre. Terminó yéndose a Barcelona a trabajar y murió según me contaron atropellado por un tranvía una noche de borrachera, Dios lo tenga en su gloria. De juergas sabíamos los dos lo nuestro y pa borrachera la de la noche de la pintura, que menuda pillamos. El muy jodio no pudo quedarse sin soltar una de sus cantinelas y, claro, el alcalde se terminó enterando.
Habíamos estado toa la noche tomando vasos, hablando y cantando en la Bodega de Salvador y al salir con mi golpe tranca fui a toparme con aquel cubo de cal con su brocha incluida. Sin pensármelo dos veces cogí los bártulos y me planté en mitad de la plaza. Mi compañero de jarana me miraba curioso sin poder contener las carcajadas y sin saber lo que estaba haciendo. De la misma manera que yo pintaba, con menos luces los dos que las que había entonces en el pueblo, que poco más que ayudaban una mititilla a la luna del cielo, se arranco a pregonar cuando leyó el resultado de mi arranque -“SE HACE SABER QUE SEGUN AQUI ESTE DON NADIE, EL SEÑOR ALCALDE SE LA REFANFINFLA, LO AFIRMA MI COMPADRE”-. El alcalde, que vivía en la plaza, lo escuchó entre sueños sin prestar mucha atención, que bien conocía las cogorzas de su pregonero, pero cuando por la mañana se presentó en el ayuntamiento y vio la pintura se acordó de lo que casi le había parecido un sueño, y claro, uno y uno son dos. Llamó de inmediato a su presencia al pregonero y le pidió explicaciones. El Bocaón juró y rejuró que él no sabía nada, que es verdad que cantó un pregón por la noche, pero que se debió a su puñetera manía con las cancioncillas y por causa del pedazo de pea que había cogido enca Salvador, pero que aquello, cuando lo vio y lo pregonó, ya estaba escrito. El alcalde por supuesto no creyó ni una palabra, pero le dio el beneficio de la duda y le puso aquella penitencia, argumentando que aunque no lo hubiese escrito tampoco debía haberlo pregonado, así que como quien a hierro mata a hierro muere, o pregonaba o se quedaba definitivamente sin pregones. Pregonera es como mi amigo el Bocaón, siempre está canturreando—dijo mirando unos instantes al cielo… Luego soltó otra risotada.
A veces, si cierro los ojos, hasta me parece oír alguna de las cancioncillas que siempre soltaba, que anda que no se sabía, y es que mientras me contaba estas cosas, sin dejar de prestar atención a sus alocadas acompañantes y a sus actividades -no fuesen a comerse los geranios de las vecinas o los brotes de los huertos recién sembrados- de vez en cuando intercalaba entre sus continuas y aceleradas parrafadas alguna cancioncilla o alguna rima, que no se si se las enseñó su amigo el Bocaón, pero os puedo asegurar que él no le iba a la zaga. Eso sí, siempre con motivo de algo, de manera espontánea. Como aquel mismo día al pillarnos aquel chaparrón en medio de la historia que os he contado cuando íbamos por el Arrollo de la Grea en dirección al Cerrillo del Almendral; a Rocalías, buen pastor donde los haya, se le iluminó la cara de alegría y se arrancó –interrumpiendo momentáneamente su otra charla- a canturrear la siguiente rima a ritmo de villancico:
“Está lloviendo Los panes cayendo La Virgen María Los está recogiendo En una cestita De oro y de plata ¡Despierta José! ¡Enciende candela Que mira quien anda Por la Cabecera. Son los Angelitos Que van al Calvario Y llevan al niño Liao en un paño.”
O al oír en unos olivos junto al camino el aleteo y graznido de un pajarraco, entonces soltó de repente:
“Grajo molinero Tu pare está en el Cielo Y tu mare en el Calar Comiendo papas fritas Y tú no, tu no las catarás” Luego siguió con sus historias.
Sí, tengo buenos recuerdos de aquellos años, los recuerdos de mi pueblo. Me acuerdo de aquellos tiempos, de los cuentos, de los juegos, de las costumbres y de las gentes que acompañaron mi infancia, me acuerdo de sus calles y de la miseria de entonces comparada con los tiempos que vivimos hoy pero también me acuerdo de los saludos de mis paisanos y de como la gente se implicaba con los demás en las mas variadas cosas, de como se ayudaban unos a otros desinteresadamente. Ahora miro este pueblo y, siendo el mismo, se me desdibuja, como si fuese un sitio distinto, como si fuese otro pueblo. Recordando a Rocalías y al Bocaón y sus cantinelas se me ha ocurrido esto:
A veces te pienso distinto A veces te sueño despierto A veces te veo dormido A veces, hasta te siento.
En mi memoria se dibujan Como en un blanco lienzo Escenas de muchas juntas Juntas de otros tiempos.
Cuadros de gente contenta Escenas de mi otro pueblo El Churro, el Pico y la Terna Y los niños en la calle riendo Ahora, veo las calles serias Y las risas solo en mis sueños.
Y así, porque tiempo va siendo, Os digo de aquesta manera: Que aquí se acaba este cuento
Hoy escribo sobre un libro; uno de esos infantiles que nadie conoce, y ni nos suena. Se llama "Palabras de Caramelo" (Edit. Anaya) y su autor es Gonzalo Moure. Su protagonista es Kori, un niños de ocho años, que solo reconoce las palabras en los movimientos de la boca. Así, es capaz de saber lo que le dice su mejor amigo, un pequeño camello al que trata de salvar camino de ese desierto con el que siempre ha soñado.
"No llores porque la vida se acabe, piensa en lo que hemos vivido... Yo lo acepto, me voy con tu recuerdo a los pastos del cielo... y mientras tú vivas, yo siempre estaré contigo. Tú aún no lo entiendes, pero cuando la noche te alcance, lo entenderás también, pequeño Kori, mi único amigo..."
El libro está indicado para niños a partir de 10 años, pero sería tan conveniente que lo leyeran los adultos...
Cuando el bueno de armstrong dio aquellos pasos todos registramos cómo se movía
tosco / pesado / en un suelo blancuzco ¿o era de piedra pómez? ¿quién se acuerda?
durante un rato estuvo cavilando y la escafandra o como se llamase impedía que viéramos sus ojos pero juraría que su mirada era de pereza o abulia
algo debió explicar a su regreso algo diferente al discurso de gloria que le ordenaron pronunciar eufórico entre medallas flores vítores y guirnaldas
algo debió decir en privado a sus jefes algo importante inesperado
verbigracia / cuando estaba allá arriba caminando como un zoombie en la luna mi general mi coronel pensé en ustedes y se me ocurrió no sé por qué que debía matarlos con urgencia uno a uno / dos a dos / etcétera
o verbigracia dos / cuando andaba allá / heroico pisando las feísimas arrugas del satélite imaginé que así debía ser la muerte es decir el paisaje de la muerte
o verbigracia tres / cuando estaba en selene paseando por la nada como un imbécil setí el asco infinito de la ausencia del hombre y me dije qué mierda estoy haciendo aquí
algo así debe haber confesado a sus jefes con su estrenada voz de robot disidente y quizá por eso los dueños del poder postergaron sine die los viajes a la luna.
Sí, ya sé que hace casi dos meses que "no estoy". Pero sigo aquí: sintiendo, leyendo, escribiendo, llorando, riendo, disfrutando, preparando, hablando, queriendo, soñando...viviendo. Este camino sigue siendo tortuoso y difícil, por varios motivos (básicamente los de siempre). Cada día tenemos más fuerzas para luchar contra todo y todos los que nos molestan y hacen daño, por eso este video. "La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren" Si en lugar de hablar tanto de los demás, por ejemplo, leyeran... Me apetece seguir estando presente, modificando el curso de esta vida, y compartirlo, porque para algo servirá, no? Y recuerda: «Si por desgracia se abriera alguna rendija de tiempo en la sólida sustancia de sus distracciones, siempre queda el soma: medio gramo para una de asueto, un gramo para fin de semana, dos gramos para viaje al bello Oriente, tres para una oscura eternidad en la Luna»
Cuando abraces, debes hacerlo con el corazón, de forma que la persona a la cual estás abrazando, sienta la calidez de tu cuerpo y produzca las emociones que espera sentir, al sostener el mismo.
En un abrazo puede entregarse el alma, brindar apoyo corporal, decir un te quiero; expresar tus sentimientos más profundos, y recibir protección.
Un abrazo... Puede significar tanto!!!, porque en este importante gesto, son dos cuerpos los que interactúan; son dos almas que se funden en un mismo sentimiento.
Hay veces que las palabras sobran y que en un mero abrazo, puede decirse o expresarse, todo lo que se quiere.
Cuando un amigo está en problemas, el abrazo significa: "cuenta conmigo, aquí estoy para ayudarte".
Cuando nos encontramos con alguien, que no vemos desde hace mucho, ese abrazo significa: "¡Qué alegría verte de nuevo!"
Cuando alguien pierde un ser querido, ese abrazo quiere decir: "te acompaño en tus sentimientos, no estás solo, comparto tu dolor."
Cuando el abrazo es a nuestra pareja, es en el abrazo que se da esa fusión tan necesaria, de dos almas, que se entrelazan, para decir un "te amo", "te protejo" y me siento protegida."
Cuando el abrazo se da en una ocasión especial, significa: "Me alegra poder estar contigo en este momento, tan importante en tu vida; celebremos juntos, pues tu alegría es la mía."
Cuando el abrazo se efectúa entre compañeros, significa: "Me solidarizo contigo."
Cuando el abrazo es entre Padres e hijos, significa: "Yo te doy mi bendición, sabes que siempre que me necesites, aquí estaré."
En fin... Un abrazo es mucho más que un simple entrelazar de cuerpos; es mucho más, que una envoltura de brazos.
El abrazo es como el beso, como las caricias; es un lenguaje silencioso al cual no le hace falta adornos, para poder expresar, todas las emociones intensas, que deseas transmitir.
De ahora en adelante, siempre que des un abrazo, entrega tu alma, conecta tus sentidos, permite que fluya.
La simplicidad de un gesto que puede hacer la diferencia.
¡Bríndate en cada abrazo! Así contribuirás a la felicidad de otros, y a la tuya propia.
Porque tú no eres como los demás Tú eres no solo pareces Porque esta noche no es solo una más Porque esta noche es esta noche Porque esto ha empezado a cambiar La fuerza esta de nuestro lado Porque no abrimos el champagne Brindemos por los nuevos tiempos
Y los que dicen que es lo mismo Ahora ya no pueden llenarlos Nos gustaría intentarlo Pero los tiempos han cambiado
Porque el desierto ya ha quedado atrás Hay vida y agua en todas partes Porque esta vez no es como las demás Lo supe cuando me abrazaste Porque esto empieza a funcionar La fuerza esta de nuestro lado Porque no abrimos el champagne Por fin los tiempos han cambiado
Y los que dicen que es lo mismo Ahora ya no pueden llenarlos Nos gustaría intentarlo Pero los tiempos han cambiado
Y los que dicen que es lo mismo Esos que quisieron quemarnos Siguen queriendo en el fondo Pero los tiempos han cambiado
Sí...hace bastante que no escribo nada. Y hoy apenas tengo palabras para expresar lo que siento. Dolor... "y es que el dolor, cuando es por dentro...es más fuerte". Rabia... "tengo la sensación de ser una constante perdedora...en poco tiempo, muchas personas importantes han dejado de acompañarme...los voy perdiendo sin apenas darme cuenta de esta horrorosa fugacidad". Asco... "Casualmente siempre eres tú quien, para ser el centro de atención, haces y dices cosas tan repugnantes. No te das cuenta? A este paso, te quedas más sola que la una aquí..." Tristeza... "porque me diste muchas cosas, y necesitaba aprender tantas más..." Lo único que tengo claro es que siempre estarás aquí, conmigo, ayudándome a sobrellevar estos días que se me hacen "cuesta arriba". Sólo tengo que mirar a Chaplin para recordar tus palabras, tu forma de ver las cosas, el chocolate negro puro, los toros, las andanzas de algunos famosillos a quien conocías bien, los valores de quien tanto los proclama y la enorme carencia que tiene de ellos, tus recortes de revistas y periódicos, tus libros y música, el tabaco...maldito tabaco... Espero que ahora no dejes de "echarme un cable" desde donde estés, porque lo seguiré necesitando, ya me conoces.
¡Casi lo olvido! Ayer me pidieron que escribiera en mi blog sobre el "efecto sonajero". Me hace gracia: aún no sé muy bien por qué me pidieron que lo hiciera, sobre todo porque no tenía ni idea de qué era eso!! Así es que he tenido que hacer "trabajo de investigación", y ahora os cuento: ya sé que ese "efecto sonajero" es un término originario de los países anglosajones, jingle mail. Consiste en que, cualquiera de nosotros, no puede pagar su hipoteca, y devuelve las llaves de su casa al banco. No puede seguir haciéndose cargo de su deuda, y prefiere entregársela a su banco, y seguir viviendo de alquiler, o con sus padres, o...cualquiera sabe... Bueno, la verdad es que esto está explicado mucho mejor en otro blog:
Para todos los que vivieron esto...¿¿os acordáis??
Está terminando otro año, y como siempre, en tv, radio, prensa, internet...lo que se lleva es: ¡¡EL REPASO DEL AÑO!! Pufff! No falla nunca... Yo no he querido ser menos, of course!! jeje. Pero como sabéis, algún cambio tenía que hacer. Así es que ayer, entre besos, vino, y conversación, recordé "estos maravillosos años" (que si, que lo fueron). Y como había que hacer un repaso antes del 31...¿qué mejor que hacerlo de eso? "Mis maravillosos años de infancia". Encontré este video, con imágenes y sonidos que nos transportan a esos años, recordando multitud de olores, lugares, "compañías", situaciones, miedos, ilusiones, sueños... Al fin y al cabo, no es malo hacer un repaso de todo aquello, y comprobar cuáles se cumplieron, qué nos queda por hacer, y quizás, recuperar alguna que otra ilusión perdida, ¿no? ¡¡Aún estamos a tiempo!! Al menos yo, jejeje.
